LA ENSEÑANZA DE NONNA
Escrito por Claudia Rodríguez
Recuerdo que reunidos en familia, nos dieron el
diagnóstico de algo que padecía mi más hermosa abuela, Alzheimer.
Sin decir ni una palabra me vi envuelta en el
silencio, intentado entender el por qué. De sólo pensar y sentir que llegaría
el momento que no me recordaría después de tantas experiencias vividas en
compañía de ella. Era como si me arrebatarán parte de mi vida. Sentí en ese
instante rabia.
Me sumergí en tristeza en la medida que hablaban los
mayores, para decidir por la vida de ella y detallando las etapas de la
enfermedad, lo que vendría y para que debíamos estar preparados.
Yo seguía en mis silencios tratando de entender y
asimilar la información que iba adquiriendo.
Luego de esa reunión pasaron algunos días y me
encontré con una amiga que no veía hace tiempo, hoy estoy segura que Dios
coloca a las personas justas en nuestro camino en el momento que así se
requiere.
Le conté lo que sucedía conmigo, más también lo que ocurría
con el ser que amaba. Me mencionó que esa enfermedad no era para quien la
padecía el aprendizaje, sino para quienes le rodeábamos.
Fue entonces, cuando inicié un camino de búsqueda
interna para intentar comprender cuál era la enseñanza de vida que ella deseaba
otorgarme.
Cada vez que le iba a ver, me sorprendía el amor con
el cual se dirigía a la gente. Su vista ya no era la misma, sin embargo aunque
ya sólo observaba sombras, su mirada era más transparente, brillante y profunda
como nunca le había visto. ¡Era una mirada llena de amor!
¡Todo lo encontraba bello! En sus silencios y
tiempos de oración el sólo hecho de acurrucarme en su pecho sentía todo ese
amor que habíamos cultivado toda la existencia.
El que olvidara mi nombre en ocasiones, o no supiera
quien yo era, pasó a segundo plano. Porque lo realmente esencial, estaba en ese
compartir con un lenguaje diferente, más saturado de vibración amorosa.
Lográbamos
unirnos a través de la música, cantábamos sin parar, ese era nuestro lenguaje
de encontrar el punto medio entre su mundo y el mío.
El tomar sus manos, acariciarle y decirle te amo era
el idioma que mejor comprendía.
Su desconexión con el mundo, imagino que tuvo que ver
con algún estado de ella emocional decidiendo vivir en otro plano. Es como si estuviese
preparándome para esa nueva manera de comunicarse, en donde aunque se encuentre ausente, no significará que no esté presente.
Si bien es cierto, ese no pertenecer, era una mirada
a la abstracción, como también una
bofetada a la vida. Mi pregunta fue ¿Qué ocurría en la mía, que una de las
personas que más amo estaba enseñándome?
Fue en esta introspección hacia mi esencia, donde me
di cuenta que se encontraba gritando
hacia un largo tiempo ya y yo no le oía. Me tomó y dirigió hacia mis dragones
más poderosos. Llevándome a una lucha de tomar la responsabilidad de tomar las riendas de mi vida o
seguir en esa zona de confort a la cual me estaba habituando a sobrevivir.
Allí entendí, que en el infinito amor de abuela, su
sabiduría transmitida era el “Amor hacia la vida”, vivir el presente el aquí y
el ahora, con una mirada amorosa, porque todo lo que había alrededor es bello,
sólo bastaba saltar y descubrir.
Hoy a su
partida, sin duda nuestra comunicación será otra forma de lenguaje en
planos diferentes, algo que ya aprendimos hacer.
¡Lo más increíble de todo! Fue que su mente podrá haberla confundido, más
jamás dejó de reconocerme su corazón. El triunfo se lo llevó el amor.
Ahora desde una playa observando el mar, admiro la herencia más grande que pudo haberme otorgado, mi
padre. Donde, en parte gracias a él, debo mi existencia y mi presencia aquí y
ahora, es VIDA
Y vida es recorrer, tomando las herramientas que
papá y mamá nos concedieron, con la tarea de ir transformando los miedos,
convirtiéndolos en nuestra mayor
fortaleza, que en combinación con la
belleza que brinda la sintonía del amor, nos permite co-crear ilusiones nuevas,
dirigiendo a mi Soy YO, a la conversión de luz plena.
En donde toda
una ascendencia ha contribuido con su historia a que hoy te escriba este relato
de amor.
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