DESDE LA SENCILLEZ A LA GRANDEZA
Escrito por Claudia Rodríguez
Escrito por Claudia Rodríguez
Erase una vez
en un pueblo rico en artesanía en madera, dos artesanos reconocidos por su
arte. Uno de ellos tallaba muebles en una técnica conocida como gótica, sus
tallados eran codiciados sobre todo por los más ricos. No había en el
territorio persona alguna que no tuviese algo elaborado por este artesano. Era
tan conocido que cuando se paseaba por las calles todo el mundo lo reconocía y
le saludaban.
Mas, este
artesano tenía algo, con su arrogancia guardaba muy bien el secreto de sus
tallados, siempre pensando en el futuro y como no deseaba competencia alguna,
tallaba en solitario, así sus ganancias iban directamente y solamente para él.
El otro
artesano tallaba cuadros majestuosos, eran verdaderas obras de arte de altísimo
sus unos días a la semana para enseñar a sus discípulos la técnica que él
utilizaba para realizar obra.
Por ende, sus
trabajos carecían de tanta validez
económica debido a la competencia que el mismo había provocado.
El artista en
muebles siempre se reía del otro diciéndole que con esa actitud jamás llegaría
a ningún lado si es que deseaba tener éxito.
A lo que el
sencillo artesano contestaba que para él el éxito estaba en cada obra terminada
con amor y si podía desarrollar esas mismas habilidades en otra persona pues
bienvenido sea. Porque ya se sentía retribuido con el aprendizaje de sus
alumnos.
Un día el
engreído creador se enfermó gravemente y al verse tan mal pues presintió que le
quedaba poco de vida, entonces tomó todos sus proyectos de dibujo y de escritos
sobre las técnicas usadas, rompiendo y quemando todo.
Así decía él: El mundo me
recordará como el mejor de los mejores artistas en tallado de este territorio y
de sus alrededores.
Como ya no podía
trabajar pues vivió los últimos días con sus ahorros de toda la vida. Entre
medicamentos, alimentación especial y hospitalización, pues no pasó mucho tiempo y todo se acabó. De
verse tan desamparado se desesperó recurriendo a la gente que lo conocía pero
había pasado tanto tiempo que las personas para las cuales él había ofrecido ya
estaban ancianos y algunos ya fallecidos. La descendencia de la población
apenas lo conocía solo por traspaso oral de conversaciones de sus antepasados.
Por esto, la ayuda tampoco llegó.
Se sumergió en
un abismo de tristeza y depresión, situación que hizo acelerar su enfermedad y
finalmente falleció.
El otro
artesano que también se encontraba ya en avanzada edad, había capacitado a
tantas personas durante el transcurso de su vida que todo el mundo le conocía
como el Maestro de los cuadros tallados.
Era reconocido
y admirado por toda la ciudad, si bien es cierto nunca sus obras tomaron un
valor excedido era querido por toda la ciudad.
Se encontraba
cansado y enfermo, más siempre tuvo la ayuda de sus leales discípulos
acompañándolos hasta el fin de sus días.
Hoy se comenta
que sus obras han crecido e su valor en forma extraordinaria, todos quieren una
pieza de arte de él.
Sus discípulos
siguen trabajando con éxito ya que la gente al conocer su historia deciden de
alguna forma plasmar parte de lo que fue y es el lugar donde ellos habitan.
Es más su
tumba jamás permanece sin flores ya que sus fieles admiradores cada vez que
pasan por allí le dejan una flor en
señal de agradecimiento.
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